Vete y déjame.
Que tengo frío.
Y deja que vuelva él.
Que sea él quién me arrope.
Cuéntame tu historia.
La triste.
La que te da ese aire interesante.
No hay nada que atraiga más que el misterio.
La sensación de que aún queda algo nuevo,
y con suerte bueno,
por descubrir.
Y tú vuelve, por favor.
Ven de nuevo a mí.
¿No ves que estoy sufriendo?
¿No ves que estoy ardiendo?
Y me ahogo entre los gases tóxicos
de mi combustión.
Venga, cuéntame la historia de tus ojos verdes.
No insistas, insensato.
De tu brillo taciturno.
No querrás oírla, créeme por una vez.
Que no hay final feliz.
Y eso no vende.
No es comercial.
Eso no atrae a la manada.
Eres una chica muy interesante.
En proporción a lo poco que me atraen
los labios que pronuncian esa frase.
¿Qué es lo que buscas?
La oración desesperada por toparme con un igual.
Con otro sufridor.
Supervivencia y superveniencia.
Un pensador errante.
Que no,
que no es cuestión de belleza.
Es cuestión de piel.
Alguien que por fuera sea
absolutamente normal.
Y, por dentro,
jodidamente excepcional.
Pero no flirtees conmigo,
¿no ves que te vas a caer?
Anda, busca a tu amigo
y bébete esa copa de frustración con él.
Que lo has abandonado por una quimera
que no podrás entender.
Que tan buena no seré
cuando nadie, excepto tú,
puja ni dos céntimos por mí.
Tu personalidad hizo aguas
el día que te vendiste
a los caprichos y exigencias de la sociedad.
No, no me llames cruel.
Sólo es que creo que lo tenías que saber.
O pasarás toda tu vida
creyéndote algo que nunca podrás ser.
Ven de nuevo tú.
A salvarme de mi realidad.
Ven a demostrarme que hay alguien más que yo
perdido en esta vida.
Y se asemeja a todo lo que fuiste tú.
Y el problema, infeliz, no eres tú.
Pero tampoco soy yo.
No me guardes rencor,
que entonces la peor parte del rechazo
la moldearás tú mismo.
Hay que ver cómo mienten las bocas
cuando dicen que lo que más aprecian
es la sinceridad.
Si luego no eres capaz de encajar el golpe fantasma
que te propino en la esquina de esa barra.
Cuando te digo que quiero a alguien
que pueda contarme la historia de su vida
cada día sin llegar nunca al final.
Cambiándola las rimas y las risas
siempre y nunca
y también de vez en cuando.
Y mírame a la cara
que no creo que estés usando un rayo láser
para descubrir dónde está mi corazón.
No te asustes, sé más hombre.
Que en eso también te gano yo
incluso siendo cien por cien mujer.
Apuesto veinte – y lo veo –
a que me he sorbido las lágrimas más veces que tú.
Y me han dolido en el paladar
y se han clavado en mi tabique nasal.
Así he aprendido a llorar sin que nadie más lo sepa.
Déjame, perro callejero.
Yo soy salmón y no me pescarás.
Si mis escamas plateadas te deslumbran,
tápate los ojos no te vayas a cegar.
Yo no tengo la culpa
de que en el colegio nadie te contase
que al final ser mayor era tan sólo esto.
Pero con retraso te lo digo yo,
hay lecciones que nadie te va a contar jamás.
No te confundas.
No soy mujer de refulgir de más.
Pero, cariño, no logras hacerme
ni un milímetro de sombra.
Lo sabes y ante eso no puedes competir.
Si tú mismo abandonas estos lares
porque nadie te pintó las señales que seguir.
Lo siento, pequeño,
no es que no me dé la vida.
Simplemente es que a veces
no me da la gana.
Yo soy lo más parecido a lo imperfecto
que verás en estas calles.
Así que huye de mí, necio,
que aúlla mi lobo
y me fractura el esternón.
María Eugenia Hernández Grande
Es simplemente hermoso, lleno de sentimiento.
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Gracias por tus palabras me alegro de poder leerlas.
Un saludo!
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Es muy bueno, yo que soy un ignorante en estas cosas lo digo, pero creo que has tenido la maestría de mostrar dos cosas a la vez, por un lado un diálogo entre dos personas, y por otro un diálogo interno de una persona, es como una mezcla bien combinada que deja abiertas muchas posibilidades, y creo que algo así sólo está al alcance de unos pocos elegidos. Las palabras han sido muy bien escogidas, y bien hilvanadas para dar un resultado magistral, lleno de sentimiento y de fuerza. Era como una melodía que nos recorría de arriba a abajo. Quizá mi comentario no te aporte mucho, pero te transmito lo que me ha hecho sentir.
Gracias, y me he sentido identificado con un igual.
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Efectivamente Fran, he intentado mostrar la dualidad entre una conversación y los pensamientos que se callan, aunque el diálogo en ciertos puntos se desmarca y se dirige a un «tercero». Me has aportado mucho, no sólo por tus palabras que me alegran mucho aunque son un poco exageradas que no dejo de ser una simple aficionada que escribe, sino que siempre conectas con mis escritos y eso es un regalo. Más en uno de este estilo que es un poco ambiguo y no sabía si el verdadero sentido se iba a notar o no. Gracias por leer y por este comentario.
Un abrazo!
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Directo al corazón 💋
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Escrito desde el corazón, que es la única forma en la que sé escribir 😊
Un besito Margui!
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La única que debiera existir o debiéramos leer
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Amén 😊
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💋
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Muy bueno ese diálogo interno lleno de contradicciones y verdades calladas.
Una frase que me encantó es «alguien absolutamente normal por fuera y jodidamente especial por dentro»
y también la que se refiere a dejar de ser uno mismo por atender los caprichos de la sociedad.
El texto no tiene desperdicio.
Te felicito por esta entrada.
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Muchas gracias, me alegro mucho de que lo consideres así. Como bien observas está lleno de contradicciones ya que es un diálogo «a tres» por decirlo de alguna manera. Me siento muy honrada por tu felicitación en serio 🙂
Un abrazo!
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Increible! Como han comentado, me has dejado asombrada con ese dialogo de dos personas que asi mismo llega ser un dialogo interno. Al mismo tiempo que se ve la fragilidad y la fuerza, la soledad y la necesidad de tener a alguien en la vida con quien compartirla, las contradicciones del ser humano… puede que me equivoque interpretar poesia, textos de otra persona, incluso de los que se recordara en la historia, a veces es complicado.
Acabo de descubrir tu blog y felicidades por él, por tus textos… estan llenos de energia y de fuerza, llenos de vida… Supongo que ya muchos te lo habran dicho, pero es que da gusto leerlos 🙂
Saludos,
C.
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Millones de gracias!!! Yo es que hablo mucho conmigo misma 😉 y no me fue muy complicado poder plasmar el diálogo de una manera tan dual y abstracta. Y lo has interpretado estupendamente, lo que más me gusta es que cada uno vais añadiendo distintos puntos de vista y eso es algo muy enriquecedor para mí.
El gusto es mío de que hayas encontrado mi rincón y de que disfrutes leyendo, gracias a ti por dedicarme un poquito de tu tiempo.
Me encanta tu nick, por cierto.
Un abrazo!
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Ai, gracias!! jejeje En realidad es el nombre de mi blog: themooninthedarkness.wordpress.com
Te lo dejo por si te quieres pasar 🙂
Un abrazo 🙂
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Por supuesto, ahí estaré.
Un abrazo!
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Eres dura. Eres piel. Espero que ardas con la llama que mereces.
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¿Crees que soy dura? De una manera tan directa nadie me lo había dicho. Yo creo que soy un tanto compleja, sobre todo por experiencias de los últimos años que lo que sí que me han hecho es tener algunos aspectos de mi vida bastante claros.
Piel claro, ya sabes, como digo en la entrada «es cuestión de piel» 😉 y de encontrarnos con el incendio.
Un besito Diego!
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Bueno se me da bien decir lo que los demás no dicen… estoy seguro de alguno lo ha pensado jajaja la inteligencia es compleja claro.. y los muros espero que no sean suficiente mente alto =O)
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Jajaja oye pues te lo agradezco, a mí me gusta que me digan las cosas con sinceridad. Hombre altos, altos, así que digas uy qué altos, no… pero admito que tampoco bajos, hay que saber escalar 😉
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Escribes mucho hasta lograr historias muy interesantes. Maru, debes evisar la última publicación, Ya no me ha temb…ado el pulso. ¡Feliz domingo!
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Creo que sí escribo a buen ritmo pero nunca me fuerzo, espero a que salga solo, más o menos 😉
Gracias por fijarte en esos detalles, me da mucha rabia cuando se me cuelan palabras mal escritas y tardo en darme cuenta.
Un abrazo y feliz domingo Ramón!
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