Recuerda que habrá un día en que vuelvas a recordarlo todo y que es hoy cuando eliges cómo serán esos recuerdos. Y no sé tú, pero yo los míos quiero que sean bonitos. Por eso me quedo con el hoy. Conmigo. Y contigo si quieres acompañarme. María Eugenia Hernández Grande
¿Los sueños se cumplen? ¿O sólo existen para ser soñados? Si me pincha el alma y sangra ¿Es real o solamente una ilusión? María Eugenia Hernández Grande
El desamor como las heridas; si pica, cura. María Eugenia Hernández Grande
Admito que a veces sigo sintiendo tu cuerpo deslizándose por mis mejillas. Y cómo juegas a ser niño bajando un tobogán desde mis párpados. Y me sigues escociendo aún de cuando en cuando. Entonces parece que rocío vinagre y limón en mis heridas. Y me retuerzo de dolor por un instante mientras se confunde el…
Fueron besos con espinas, pero ¿quién rechaza un ramo de rosas? María Eugenia Hernández Grande
Como si todos los días fuesen primaveras. O el viento siempre soplase polen. Contigo. Como viajar en tren en sentido contrario a la marcha. Llega un momento en que no sabes si te acercas o te alejas. Si eres destino o solamente peaje. Y si lloro, lloro por todos los abriles que murieron ese abril.…
No me digas nunca que no puedo. Ya sé que ni tú ni yo vamos a cambiar el mundo. Pero sigo creyendo que, a pesar de todo, debemos intentarlo. Yo nunca seré García Márquez ni tú familiar de los Buendía. Ni tan siquiera mis letras serán la mitad de la mitad de los versos descartados…
Círculo angustioso de vicios y destrozos. Despertarte un sábado con “Everybodys Hurts” sonando en bucle en tu cabeza. Y cerrarle la puerta al fin de semana un domingo por la noche, cuando lo que menos te apetece es ir a dormir. Porque sabes que dormir no, que eso es algo que no se te acaba…
Microrrelato participante entre mayo y julio de 2016 en certamen literatura a mil de hablando con letras y signo editores bajo el título «Roma» (SE ENCUENTRA PUBLICADO AQUÍ) Roma se quemó y no hicimos nada. ¿Qué podíamos hacer? Si la prendimos nosotros mismos y, como buenos pirómanos, la contemplamos arder. Cenizas de adiós cubrieron mi…
Qué bonito suena eso de morir de amor hasta que te das cuenta de que has muerto. María Eugenia Hernández Grande
Nunca imaginé que mi sobrino llevara pendientes. Ni que sin darme cuenta me hablase de sacarse el carnet de conducir. Se hizo mayor de repente, mientras yo estaba demasiado ocupada como para percatarme de que ese niño pronto se esfumaría. Y no volvería. Nos llevamos once años y, para mí, más que sobrino es…
Pinté mis uñas de rojo carmesí. Y mi corazón de negro. Por ti. Creé la combinación perfecta entre luto y frenesí. Sin ti. María Eugenia Hernández Grande
Quiero recordar las sensaciones de estos días por si alguna vez se cumplen los sueños. Por si el pronóstico hipotético resulta ser un buen agüero. Detenerlas en mi interior y succionar su angustia unida a una brizna de esperanza. Que se difumina tan pronto como arde la hierba en medio de un fuego. Y saborear lentamente…
¿Por qué voy a querer la luna? Si te tengo ya aquí abajo pisando el mismo suelo que yo habito. María Eugenia Hernández Grande
Se me cuela una tristeza por los ojos y lloro presa de todos mis antojos. Se me escapa tu nombre por los poros y dejas mis anhelos sudorosos. Se me nubla la esperanza en las antorchas que prenden fuego en mitad de los salones de la espera ésta que me desespera. Por seguir teniendo miedo,…
MaruSpleen 