A veces te recuerdo sin querer,
las demás son al revés, son peor;
recordar ―tu rostro, tu voz, tu olor―,
no comprender ―arder, doler, perder―.
Otras veces te encuentro entre la gente,
frenéticamente miro tras de mí
cuando el aire de repente huele a ti
y te evoco viviente aquí en mi frente.
Pero no estás, siempre te vas, no hay más,
te caes del pedestal del corazón
y se rompe en mí la realidad.
Y vencen en mi vida los demás,
pelean la razón y la emoción,
las veces que apareces sin piedad.
María Eugenia Hernández Grande
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…como fragmento es un bonito descargó…ahora no se puede ser tanto el otro, porque me distraigo de mi ser en su espacio…‼
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Qué genial comentario, me quedo con lo de me distraigo de mi ser en su espacio. Un abrazo!!
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