#166

Debes ser la luna

subiendo mis mareas,

pues anocheces

al crepúsculo

de todos mis excesos.

Excitas mis pasiones,

vuelves trémula

mi mente

y mi ardor te busca,

a tientas y a brazadas,

para ahogarse y agotarse,

dócilmente,

en el respirar de tu deseo.

Para poder sentir de cerca

las brasas de tu lengua;

crepitar color de rosa,

prisma de mi prosa.

Venerando al oleaje,

suicida y kamikaze,

perecido entre poniente,

ius in re aliena.

Estrellas tus borrascas

contra este rompeolas

naciente en mi cadera;

avivas la hojarasca,

huelo tu saliva

con efecto retroactivo.

Cambio de patrones

me transformo,

me transtornas,

me vuelvo domun collere

espejo entre tus besos.

Para impaciente,

en un momento,

achicarme en tus gemidos.

Morderte los oídos,

saborearte los deseos;

seducir a tu ego impío,

abandonarte 

y saberte solo mío.

Ilustración de portada: ©Lovro Miletic

María Eugenia Hernández Grande