La noche bajo la lluvia.
La vida bajo el paraguas.
La luz crepuscular
envuelve un todo
marchito en esta nada.
Como queriendo decir
que no hay más por ver
si no te veo a ti
y a tus ojos matiz luna.
Como intentando explicar
un concepto demasiado complicado
a la niña torpe que a veces aún soy.
La que no entiende de adiós.
Y cada atardecer
le ruega al dios en que no cree
que le mande una señal
para saber que tú estás bien.
Y por eso cree
que te ve en la oscuridad
calando con savia nueva
las aceras del ayer.
María Eugenia Hernández Grande
Qué bonito Maru. 🙂
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Gracias Alejandra, qué bien que te haya gustado ☺
Un abrazo!
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